María Knappen
S-Cape Travel, España
María Knappen, en Las Arenas de Cabrales, desde una pulcra oficina incrustada entre la Sierra del Cuera y Los Picos, comercializa senderismo e inmersión cultural.
Ha convertido su modo de vida, aficiones, su formación e investigación originales en una apuesta vital. Y va ganando.
Una holandesa en el sendero
Texto: Gonzalo Barrena. Imagen: Inés G. Aparicio y María J. Mascías
Personas de todo el mundo desfilan por el interior de los ordenadores de S-Cape, un verdadero reto como marca, con guión incrustado, para nombrar la propuesta de una holandesa que se casó en Sotres con un asturiano.
María Knapenn, en el mundo robotizado de la telefonía digital, pronuncia con tono humano: Buenos días, dígame por favor qué itinerario desea realizar y de cuántos días dispone, para que nosotros le podamos hacer una propuesta.
S-Cape no es una agencia de viajes al uso, pero los gestiona. En Arenas de Cabrales, Asturias, ocho mujeres más un hombre se adentran en el pozo infinito que supone un ordenador conectado al universo mundo. En red con otras oficinas de la misma empresa, apostadas en Florencia, Oporto, Amsterdam, navegan en el ciberespacio cada mañana. O cada tarde, porque el horario es flexible en la ínclita oficina, un local anexo al luminoso taller de bicicletas que -por su misma iniciativa- ofrece en Cabrales. Los visitantes tienen la oportunidad de alquilar. También eléctricas.
Los Picos de Europa son el “destino estrella” de S-Cape, al igual que lo fue Sotres para aquella joven holandesa que se adentraba en el “relieve antípoda” de su «país bajo», que como es llano y se asoma al mar, invita a los suyos a navegar hacia el horizonte. En la discreta embarcación de S-Cape, ocho mujeres y un hombre rescatan del océano digital los deseos de quienes desean “escapar” un tiempo de su negocio, convirtiendo en ruta la rutina: la empresa les ayuda a encontrar el sendero.
María, en un castellano claro con acento holandés, subraya: Nadie puede tener miedo a la competencia si hace las cosas bien.
Como en el Cabrales de siempre
De un modo parecido al de los hacedores de queso, el trabajo de la gente de S-Cape consiste en adelantarse a la estación.
La incubación y los partos de la reciella, o ganado menor, se preparan en otoño y se atienden en el puro invierno, con el fin de que las naciones, curioso nombre para las crías, se envereden -enero adelante- camino de las hierbas que nacen. Mayo y junio son meses que alimentan per se a ganados o negocios.
Preparando la tierra
Al respective, como acierta la lengua local, la estrategia comercial de S-Cape reside en adelantarse: estos días comienzan a atender ya planes de 2018, quizá porque buena parte del mundo es aficionada a la previsión.
En todo caso, los meses de entretiempo o el invierno, como en la era de los cabreros, son de preparación. Aquellos se jugaban la supervivencia. Las nuevas empresas, hoy, su crecimiento y consolidación en un mercado cada vez más disputado y abierto.
En la sede de S-Cape, se escuchan lenguas de todas partes, aunque el flujo principal de llamadas en “modo cliente” casi siempre es en inglés.
Las claves de S-Cape
Poner en marcha una comercializadora de viajes en Internet y desarrollar su potencial desde Cabrales, Asturias, puede guardar relación con alguna de estas reflexiones:
Las oficinas de S-Cape en Europa generan empleo directo para casi treinta personas. Nueve de ellas trabajan en la sede de Arenas..
Un número de difícil determinación, compuesto por decenas de taxistas, restauradores, hoteleros y guías, prestan sus servicios a través de S-Cape, reforzando ndo ese anillo de empleo que da solidez a los territorios.
En la zona oriental de Asturias se impone bordear la visita de aluvión, que asfixia en fechas los itinerarios conocidos. En Cabrales, un equipo formado por ocho mujeres y un hombre sortean el relieve, las fronteras y las afluencias masivas con wifi e inteligencia.
S-Cape Travel
Arenas de Cabrales, Asturias