MAPA PARA VIAJEROS POR LOS PICOS DE EUROPA Y SU ZONA COSTERA
Javier Pedraces.
Muchas veces me he planteado la diferencia entre hacer turismo y viajar. Para los poco reflexivos quizá pueda parecer lo mismo, pero a mi entender resultan dos cosas diametralmente opuestas.
El viajero busca siempre, aunque sea por poco tiempo, comprender en todos los aspectos posibles la esencia del lugar que visita. Intenta encontrar un camino que conjugue sus propios intereses con la realidad del país en el que está. Eligiendo lo auténtico por delante de lo más cómodo.
Se inclina por respetar al máximo las costumbres locales, explorar la gastronomía, dormir en casas que mantengan un diálogo con el paisaje, conocer su artesanía y sus distintas facetas culturales, tanto en la geografía como en el paisanaje. Consigue así favorecer que sean los propios residentes y el entorno, los que le muestren su particular visión de las cosas, y cómo se organiza la vida en este contexto concreto.
Lo más relevante de las culturas aparece generalmente oculto a primera vista, así que esta manera de moverse por el mundo resulta más enriquecedora e inteligente, porque permite valorar las circunstancias de cada lugar, y crearse una idea más precisa y ajustada del tiempo y la forma del entorno.
Posibilita además que el ecosistema que visita se mantenga fiel a su idiosincrasia, y el forastero logre aportar riqueza al conjunto, en vez de presentarse como un invasor.
Para ello hace falta abrirse de mente, liberarse de prejuicios, mantener un profundo respeto por lo que ve, y dejarse llevar con el fin de conseguir que el viaje realmente le sorprenda.
El mejor modo de hacerlo es la interacción con los vecinos y evitar todo lo que suene a visitas masivas. No es necesario escapar de los lugares icónicos del país, pero sí procurar visitarlos de manera más personalizada, buscando si es posible la ayuda de los propios habitantes.
Se puede recurrir a guías, artesanos, o artistas locales. Aunque también se consiguen resultados preguntando simplemente al azar, y dejando que sea el propio transeúnte quien nos dé su propia opinión. De una u otra forma eso nos revelará la visión particular que los propios pobladores tienen de su entorno.
Tener amistad con alguien en el lugar de destino, es probablemente la mejor manera de integrarse, pero si se carece de ello hay otros caminos que proponemos aquí y que pueden hacer, a cualquier viajero perspicaz, sentirse parte de la sociedad que lo acoge, e integrarse en un lugar tan hermoso y atractivo como la comarca de los Picos de Europa y el mar que los rodea.
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