El pan de cada día
en el Horno «Pachamama»
Textos: Gloria Pomarada
Video: Inés G. Aparicio y María J. Mascías
Audio: Javier Pedraces, I.G. Aparicio, M.J. Mascías
Horno artesano
Silvina y José Cándido ponen en marcha su horno de pan en Bode, concejo de Arriondas, Asturias, en 2012
Elaboración
La elaboración es artesanal y de acuerdo con las variedades que se determinan en el pedido realizado
Variedades
Diariamente se producen más de 15 variedades de pan: de trigo, de centeno, de molde, con frutas…
Pedidos
A través de la web Pachamama o directamente por teléfono: 620443697
Así comenzaba la historia
José Luis, Silvina y sus dos hijos aterrizaron en Madrid en febrero 2001, como una más de las centenares de familias argentinas que cada año visitan España. Al cabo de cuarenta días recorriendo la península, los Cándido Fernández determinaron que su relación con el país no había hecho más que empezar
Y así seguía
El 4 de septiembre estaban de vuelta, con su vida empaquetada en treinta y cuatro cajas y decididos a embarcarse en la «aventura kamikaze» que suponía para un abogado y una pediatra detener sus carreras para tomarse un año sabático a diez mil kilómetros de distancia.
Tres meses después de instalarse en Madrid, en su Argentina natal estalló el ‘corralito’. Sin acceso a sus cuentas bancarias, sin títulos universitarios homologados y con dos niños pequeños, la estancia voluntaria de José Luis y Silvina se convirtió en una «condena de situaciones económicas» que les llevó, durante siete años, por cinco comunidades y una retahíla de puestos de trabajo.
El destino les fue arrastrando hasta que, en septiembre de 2008, recalaron en Parres. La vida parecía asentarse: compraron una casa, Silvina empezó a trabajar como pediatra y los chicos, José y Juan, sentían Arriondas como su hogar. En 2012, un nuevo punto de giro trastocó la calma de la familia: Silvina perdía su empleo en el hospital.
Con una hipoteca y dos hijos estudiando, el pan se convirtió en su método de subsistencia. «Siempre habíamos hecho el nuestro propio, así que empezamos a venderlo», cuenta Silvina. Primero a los vecinos, después en los mercados y más tarde en las tiendas.
Hoy, los productos de Pachamama están presentes en once puntos de venta y la palabra ‘negocio’, desterrada de su vocabulario.
«No somos empresarios, somos personas que hacemos pan para ganarnos la vida», resume Silvina.
Media vida en primera persona
El obrador de las combinaciones
La jornada en el obrador, situado en el pueblo de Bode, comienza a la una y media de la madrugada. Unas horas antes, cierran los pedidos con las tiendas que distribuyen sus productos a lo largo de la geografía asturiana. Todos ellas, remesas personalizadas.
No es una panadería normal, los panes se hacen uno por uno
La carta de pan
En una noche, el matrimonio puede amasar quince variedades distintas. Hay quien demanda pan de centeno, otros lo prefieren de escanda, arroz maíz o trigo. A las variedades de harina se suman los ingredientes adicionales y los formatos. Los panes pueden ser sin sal, con arándanos, con nueces, con chía, de medio kilo, de setecientos gramos… La planificación es el elemento esencial en Pachamama. Cada noche, Silvina y José Luis elaboran un esquema de trabajo en el que detallan el orden de amasado para que todos fermenten a tiempo.
De tanda en tanda
La primera tanda se empieza a cocer en torno a las tres de la mañana y, hasta el amanecer, de los dos obradores salen continuas hornadas. En Pachamama elaboran al día una media de setenta u ochenta panes de molde y más de cien bollos, a los que se añaden las pizzas, galletas, bizcochos o plumcakes que se cuecen por las tardes.
Con las remesas de repostería listas y los panes todavía humeantes, comienza la fase de distribución. A las ocho y media de la mañana, José Luis acerca los pedidos a la estación de Arriondas para subirlos a bordo de los buses que los distribuirán por Asturias. Por el tipo de producto y el volumen de negocio, la pareja de artesanos ha optado por esta vía de reparto, que permite que las partidas lleguen a los once puntos de venta en los que están presentes a lo largo de la mañana.
Actualmente, los productos de Pachamama se ofrecen en tres tiendas de Gijón y establecimientos de Oviedo, Avilés, Candás, Nava, Posada y Llanes. En las próximas semanas, su pan artesano llegará a las estanterías de otros dos comercios.
A pesar de que el horno artesano prospera, Silvina prefiere no hacer planes de futuro. «¿Para qué?», se pregunta. «Si cuando miraba hacia adelante me veía trabajando y jubilándome de médica».
Horno Pachamama
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Teléfono: 620 44 36 97
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