CON GAFAS MORADAS
Las mujeres tenemos un importante papel en el futuro mercado laboral y del emprendimiento
De Asunción Luzán
(Ex directora de la Escuela de Emprendedoras de Asturias)

El mercado laboral actual es cambiante, flexible, tecnificado y en continua adaptación. La previsión que anuncian las más importantes organizaciones internacionales es que estas características, no sólo se mantengan, sino que incluso se agudicen. Primarán las tecnologías en cualquier sector o profesión, será un mercado mucho más globalizado, con sectores ahora emergentes que se consolidarán: I+D+i, salud y bienestar, turismo y ocio, energías, o sector social (especialmente en un país como el nuestro, donde la población es cada vez más envejecida).

Esta aceleración y transformación del mercado laboral nos pilla a las mujeres sin haber alcanzado los niveles de igualdad deseados, es cierto que la situación de las mujeres en el mundo del trabajo ha mejorado, pero no tanto como esperábamos, debemos tener presente la realidad todavía desequilibrada y las distintas brechas alarmantes y significativas que aun hoy tenemos en cuanto al número de mujeres contratadas y la duración de los contratos. Las mujeres suelen ocupar más puestos temporales o con reducción de jornada, en conjunto, cobran menos, promocionan con más dificultad y están subrepresentadas en ciertos sectores profesionales, como la dirección o los consejos de administración de las organizaciones y en determinadas profesiones y empleos, que coinciden, en muchos casos, con los más valorados y mejor remunerados.

Solo un dato, en el 2011 la OIT dijo que, si no adoptamos medidas específicas, al ritmo actual, la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres no se lograría antes de 2086. Hoy 2017 y después de esta crisis económica la igualdad salarial, a ritmo actual se fija más allá, casi 100 años.

Introduzco estos párrafos anteriores como un somero análisis de la realidad a la que nos enfrentamos, un cambio profundo en el mercado laboral y una muy seria desventaja competitiva para el 50% de la población, o sea las mujeres. Sin embargo, tengo la profunda convicción que la igualdad de género y la emancipación económica de las mujeres debe ser nuestro gran foco de interés, para salvaguardar los derechos humanos fundamentales y como eje estratégico de desarrollo e impulso del progreso integral de nuestras sociedades y territorios.
Con gafas moradas tenemos que mirar, lo micro y lo macro, la realidad y desarrollo mundial y la realidad y desarrollo de nuestro pueblo o ciudad, para avanzar hacia un progreso sostenible que aproveche el talento y la capacidad de cada una de las personas.

Dicho esto y siempre desde una perspectiva de género, creo que estamos en un buen momento, muchas, muchas mujeres hemos tomado conciencia de nuestros distintos papeles en lo público y en lo privado (cuidadoras y trabajadoras), ahora le toca al resto: empresas, administraciones, gobiernoos,… y por supuesto a los hombres. Todos y todas tenemos que contribuir para reestructurar el espacio diseñado para el ámbito público y el ámbito privado.

Muchos gurúes y analistas nos dicen esto y aquello de cómo será la realidad laboral del futuro; yo me quedo con las siguientes ideas, a saber:
La revolución digital conduce hacia una empresa cada vez más tecnológica; mucho más orientada al cliente y a satisfacer sus necesidades.
En cuanto a organización empresarial se tiende hacia estructuras no tan jerárquicas, mucho más horizontales. Empresas más transversales, con trabajadores/as polivalentes e intraemprendedores.

La pequeña empresa (pyme) seguirá jugando un papel clave. Más de la mitad de nuestra población activa seguirá empleada en pequeñas y medianas empresas.

También la empresa tenderá a ser más conciliadora con sus empleados y empleadas, ya que si la persona está a gusto en su puesto de trabajo, lo desarrollará de manera más eficaz y eficiente y se retendrá el talento.

Flexibilización del trabajo y valor de la marca personal. En los próximos 20 años asistiremos a una flexibilización de las formas y tiempos de trabajo. La gente cambiará más de trabajo y será más habitual trabajar para varios empleadores y a través de redes de colaboración profesional, por lo que será fundamental cuidar la marca personal.

En definitiva, el trabajo está pasando de ser una actividad laboral que se desarrolla de una forma constante y uniforme, a una labor centrada en proyectos con vocación claramente temporal.  Es el llamado “adiós al empleo de toda la vida”. Lo que quiere decir que en distintos momentos de nuestras vidas tendremos trabajo y en otros tenemos o podemos crearlo, no es fácil pero no es imposible.
No quiero finalizar esta pequeña reflexión sin mencionar que el emprendimiento en este contexto adquiere un gran valor para seguir desarrollando el talento y la alta cualificación que hemos alcanzado. Nuevos modelos de negocio con métodos de trabajo más participativos, más cooperativos y más flexibles. El cooperativismo y los nuevos modelos de trabajo en red profesional son muy buenos ejemplos de desarrollo económico y aquí las mujeres tenemos un largo recorrido.
Y no olvidemos nunca ponernos nuestros gafas moradas porque entonces el desarrollo de nuestros pueblos y nuestras vidas no será justo.

Asunción Luzán Fernández
Autónoma

Este sitio web utiliza cookies para facilitar la comunicación. Entendemos que, si continúa navegando, acepta usted las cookies mencionadas y nuestra política de cookies. Pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies